30 noviembre 2009

Las últimas lágrimas.



Al despertar tardó unos segundos en recordar dónde se encontraba. Comenzaba a amanecer y una débil claridad atravesaba el ligero visillo que cubría el ventanal, dibujando levemente los contornos de la habitación.

La casa estaba en silencio, a penas roto por la suave y acompasada respiración de Alex que dormía a su lado en otra cama. Pudo distinguir en su pequeña silueta como entre los brazos aún sujetaba su osito de peluche, del que jamás se desprendía.

Era tanto el silencio que llegó a pensar en la posibilidad de que fueran los únicos que estuvieran allí. Habían llegado la noche anterior, cuando ya todos dormían...otras personas con otras historias que como ella, buscaron dónde asirse a la desesperada. Aquello era una tabla de salvación para no ahogarse, para tener al menos una esperanza de futuro.

Futuro.

Pero ¿qué futuro? ¿sería posible tomar su propio camino?... y ¿a dónde le llevaría ese camino?...
Las preguntas se le agolpaban en la cabeza, todas sin respuesta. Y el miedo. Ese miedo tenaz que como una sombra negra la asfixiaba, comprimiéndole la garganta....sintió náuseas y quiso correr hasta el baño, pero una punzada aguda en el costado la paralizó, tuvo que reprimirse para no gemir por el dolor.
En el baño, al accionar el interruptor una intensa luz blanca le cegó unos instantes y allí, frente a ella, un espejo brilló como desafiándole.
Se acercó con recelo, el que en esas ocasiones le producía su propia imágen. Aquel objeto inanimado era cruel con ella, no maquillaba su rostro, si no que le ofrecía un aspecto de si misma real y terrible.
Se desnudó muy despacio, dejando al descubierto los grades hematomas diseminados por todo su cuerpo. Unos recientes, otros viejos, casi desapareciendo...
Su piel era una tela estampada de distintos tonos, un vestido del que no se podía despojar. Contemplarse era revivir cada bofetada, cada golpe recibido durante años. Sentir de nuevo el impacto feroz del puño en su cara.
Solo hacía algo más de un día que había recibido la última paliza. Pero esta fue la última por siempre...

Porque desde el suelo, mientras se cubría con las manos el rostro para protegerse de las brutales patadas, entre los dedos pudo ver como desde el fondo del pasillo, Alex en pijama y descalzo, era testigo de aquella salvaje escena.
Su hijo le dio el valor que antes nunca había reunido para escapar de aquella trampa llamada "matrimonio"... una prisión con un despiadado carcelero que le humillaba, le insultaba y le maltrataba física y psicológicamente.
Esta vez, a cientos de kilómetros no tendría que oír las frases se arrepentimiento, ni las falsas promesas de que jamás se volvería a repetir...Las oyó demasiadas veces y todas fueron mentira...
Abrió el grifo de la ducha y por última vez lavó con agua caliente sus heridas... permitió, que ese agua arrastrara las últimas lágrimas antes de comenzar el primer día de su nueva vida.

Con mi apoyo a todas las mujeres que sufren o han sufrido por malos tratos.

Pilar




17 noviembre 2009

¿Me quiero?

Hoy, cuando volvía a casa a mediodía, calentaba bastante el sol y me he tenido que quitar la chaqueta.

La traía entre mis brazos cruzados por el pecho... Un señor al pasar a mi lado me ha mirado y me ha dicho:


- Cómo te quieres ¿eh?... ¡ Cómo te abrazas !...


Me a hecho gracia el comentario del señor, y le he sonreído mientras asentía con la cabeza...


Pero al momento me he preguntado a misma ... ¿De verdad me quiero? ¿ Tengo acaso motivos para quererme?


Y esa es la cuestión. Creo que nunca me he querido demasiado. Tiendo a valorar más a los demás, que a mí misma ... Lo que hacen otras personas es más meritorio y acertado que lo que hago yo.

Cuando fallo en algo, me da por pensar que esos errores solo los puedo cometer yo ...


Reconozco que estoy en una edad, en la que si antes no te has querido, debe ser casi algo prioritario empezar a hacerlo. No creo que resulte fácil, a pesar de que en otras personas sea algo natural...
¿ Crees que quererse ayuda a conseguir metas ? ... Quien se quiere ¿ve la vida de modo diferente ? Cuando te quieres, ¿ los demás te ven con otros ojos ? ¿ Te quieren más ?
Lo que tengo claro es que a vosotros ... OS QUIERO.
gracias por estar ahí amig@s.
Pilar

08 noviembre 2009

Cuando hay que pisar el freno...


Transitas por las carreteras de tu vida, siempre procurando seguir las normas...


Intentas que tu paso no perjudique a tus semajantes,

compañeros en el andar diario con los que te cruzas en el camino.


Las cosas se complican cuando llegando a un cruce te encuentras con un desaprensivo que no


respeta el código de circulación, que se salta las normas, que es capaz de pasar

por encima de ti con tal de conseguir sus propósitos...

Son esos locos que llegando a ese cruce en el que tu tienes preferencia,

lejos de aminorar la marcha, aceleran...

Te obligan a pisar el freno a fondo, para evitar estrellarte.

Tanto te conocen que saben cuál será tu reacción ¿?...

o es que han visto el miedo en reflejado en tu mirada ?

Miedo a salir dañado, a herir a los que en ese trayecto te acompañan.

Pilar